La relajación juega un papel importante en la vida cotidiana, ya que permite la reducción de la activación simpática del Sistema Nervioso Autónomo, y de la tensión muscular cuando el organismo cae en un estado de alerta. Como consecuencia de la relajación, es posible disminuir los estados de ansiedad, incrementar la sensación de control y autoeficacia generada por la mejora en la autorregulación fisiológica (Castro, 1998).
Las diversas técnicas de relajación ayudan a disminuir los efectos de los problemas psicosociales y de aquellas situaciones generadoras de estrés que se le plantean al individuo en su relación con el medio, además le permiten restaurar el control de sà mismo necesario para afrontar la vida diaria (RodrÃguez, GarcÃa & Cruz, 2005).
Charaf (2012) describe que se obtiene un beneficio de la relajación a nivel fÃsico, lo cual se relaciona con la regulación de la frecuencia cardiaca impactando en una mayor armonÃa rÃtmica, en el sistema respiratorio se manifiesta mejorÃa en la función ventilativa, normalizando el ritmo respiratorio; también se promueve una disminución de la tensión arterial en los hipertensos y una disminución de la actividad metabólica y de la tonicidad del aparato digestivo y una mejorÃa en el estado de ánimo.